El 1 de marzo fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día de la Cero Discriminación. Con ello, se pretende recordar el derecho de todas las personas a vivir una vida plena y productiva con dignidad. ¿Sabías que las personas mayores también sufren de exclusión social? La que más se produce entre ellos es aquella que se conoce como «edadismo» o discriminación por edad. En el blog de hoy te contamos lo que es, cómo les afecta y cómo podemos ayudar a reducir esta exclusión.
¿Qué es el edadismo?
Este término fue acuñado por Robert Butler en la década de los 60. Si seguimos la definición de la Fundación La Caixa:
El edadismo es una forma de discriminación social por cuestión de edad que afecta a muchas personas mayores. Una de las formas de edadismo más extendidas es el uso inadecuado del lenguaje. Las palabras que utilizamos proceden de lo que pensamos y sentimos, de nuestros estereotipos y prejuicios.
Según un nuevo informe de las Naciones Unidas sobre el edadismo, se calcula que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas, lo que empobrece la salud física y mental de las personas mayores, además de reducir su calidad de vida. El edadismo se filtra en muchas instituciones y sectores de la sociedad, incluidos los que brindan atención sanitaria y social, así como en el lugar de trabajo, los medios de comunicación y el ordenamiento jurídico.
Te proponemos un ejercicio: ¿Sabrías cuál de estas situaciones están cayendo en la discriminación por edad?:
- He dado a mi abuelo la lista de la compra son tres cosas pero es que al ser mayor dudo bastante que las recuerde y sepa comprarlas bien, a pesar de que no tiene ningún tipo de deterioro cognitivo.
- El otro día le estaba contando algo a mi madre de 65 años pero no se estaba enterando de nada, seguro que es porque empieza a estar mayor.
- Bueno, mi padre se ha comprado un móvil nuevo pero paso de explicarle nada porque es mayor y no sabe usarlo.
Solución: Todas son situaciones que denotan exclusión provocada por el edadismo. Ahora te explicamos por qué.
Formas de edadismo en personas mayores
Por lo general, cuando caemos en el edadismo seguimos las siguientes actitudes, muy bien recogidas en la Fundación La Caixa y que te resumimos a continuación:
Infantilización: Las personas más jóvenes se posicionan en una situación de poder o por encima de los más mayores y utilizan un lenguaje y tono como si fueran niños pequeños: entonación exagerada, tono de voz elevado o el uso de diminutivos (viejito, abuelito) y posesivos (nuestros mayores).
Despersonalización: No se tiene en cuenta las particularidades de cada persona mayor, sus necesidades y preferencias. Se les acaba tratando a todos por igual. Tacharles a todos de jubilados, pensionistas, viejos o abuelos sin tener nietos.
Deshumanización: Se produce cuando se pierde la empatía en el trato con las personas mayores, no potenciando su autonomía, no respetando su privacidad, no permitiendo su participación en la toma de decisiones.
En conclusión, todo se resume en aquellas formas que les muestran ante la sociedad como personas incapacitadas y dependientes.
Cómo les afecta la discriminación por edad
Si tenemos en cuenta la información ofrecida por el Ministerio de Sanidad, los efectos que tiene el edadismo en las personas mayores serían los siguientes:
- Estrés cardiovascular: Los adultos mayores con actitudes negativas pueden vivir 7,5 años menos que los que tienen actitudes positivas.
- Riesgo de auto-exclusión en todos los ámbitos.
- Por culpa de los estereotipos, sufren una invisibilización y ausencia de participación en la toma de decisiones.
- Se ven limitados en el acceso al mundo laboral, ya que «no tienen nada que aportar».
- Se ven dificultados por muchas limitaciones, como por ejemplo la brecha digital, ya que no se les tiene en cuenta.
- Puede influir también en actitudes negativas en la prestación de cuidados a largo plazo.
¿Qué podemos hacer para combatirla?
Si crees que puedes estar cayendo en actitudes edadistas, o vives una situación en la que se están produciendo, a continuación te dejamos algunas herramientas para ponerle fin a esta discriminación:
- Comprender que no por ser más mayor eres menos válido o estás enfermo.
- Cada persona mayor es diferente a otra, no se les debe meter a todos en el mismo saco. Existe la diversidad.
- Tienen derecho a tomar decisiones, más aún si están implicadas.
- Poner atención en la forma que tenemos de hablarles y de tratarles, y aplicar la empatía.
Si quieres más información, puedes visitar el Informe Mundial Sobre el Edadismo publicado por la OMS con muchísimos documentos de interés.
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