En Mayores Vida, diariamente atendemos llamadas para pedir información. Una de las preguntas que más nos plantean es si las cuidadoras se encargan o no de ciertas necesidades que deben cubrir. Por ello, hemos decidido crear este blog para que conozcáis un poco más lo que implica su día a día y las funciones de las cuidadoras de personas mayores.
Lo primero: ¿Cómo se encuentra la persona a la que hay que ayudar?
Nada más hablar con nuestros posibles clientes futuros, nos interesamos mucho en conocer la situación de las personas que serán atendidas por un cuidador. Así es más fácil empatizar con ellos y con la situación y recomendarles el perfil que más se ajuste a lo que están buscando. Conociendo esto, podemos clasificar en 2 grupos las necesidades que pueden presentar y las funciones que, por tanto, deberá desempeñar la cuidadora:
Según la movilidad
No es lo mismo atender a una persona mayor que es capaz de andar aunque sea con ayuda de un bastón o agarrado a la cuidadora, que alguien que solo puede moverse en silla de ruedas, o incluso que esté encamada y no tenga nada de movilidad. La función de la cuidadora de personas mayores que puedan andar será de acompañamiento, vigilar que no se caiga, dar paseos y ayudarla en todo lo que necesite durante el proceso. Por ejemplo cargar con alguna bolsa si salen a hacer recados, en los paseos darles agua e ir por la sombra si hace mucho calor o abrigarles en caso de que haga frío, etc.
Sin embargo, en una persona con movilidad reducida, las necesidades cambian. Si van en silla de ruedas, hay que levantarles y sentarles, vestirles, asearles e incluso según el grado de dependencia puede ser que haya que darles de comer. Por tanto, aquellos cuidadores que les atiendan deberán tener la fuerza suficiente para cogerles y poder hacer los movimientos que fueran necesarios, además de entender que son personas que confían su movilidad en los cuidadores porque por ellos mismos no son capaces. Si se encuentran en un proceso de rehabilitación, las cuidadoras podrán ayudarles a realizar algunos ejercicios sencillos para que mejore su movilidad.
Otra situación que puede surgir es que la persona mayor esté siempre en cama. En ese caso, la cuidadora deberá asearla ahí mismo, vestirla y llevarle la comida. Cuando están encamados quizá necesiten también algún tipo de medicina por vía intramuscular o ayuda de alguna máquina como pueden ser monitores o aparatos de apnea del sueño. Alguna de nuestras cuidadoras tienen formación sociosanitaria y en geriatría, pero estudiando cada situación en particular puede ser que sea una enfermera la que deba encargarse de algún aspecto en concreto. La compañía en estos casos se vuelve fundamental, puesto que sus opciones de sociabilizar quedan reducidas a aquellos que las visiten en la habitación.
Según el tipo de deterioro cognitivo que padezcan
No solo hay que dar importancia al estado físico, también al mental y más cuando hablamos de personas mayores. Es común que aquellos que han alcanzado la tercera edad puedan padecer, por lo general, Alzheimer y/o Párkinson. Las cuidadoras deberán de tener en cuenta que una persona con Alzheimer va a tener muchos olvidos importantes, incluso pudiendo derivar en delirios o episodios agresivos. En estos casos siempre recomendamos que sean cuidadoras que conozcan la enfermedad y sepan gestionarla, pero mayormente se trata de tener paciencia, mantener la calma y saber cuándo ser estrictas siempre y cuando sea desde el respeto.
Mientras tanto, el párkinson puede tener dos variantes: temblores o rigidez en el cuerpo. Según el grado, quizá presenten movilidad reducida, por lo que las funciones que las cuidadoras deberán desempeñar serían las que comentamos anteriormente. En este caso también se pide que sean empáticas, que les intenten resolver las dificultades que puedan tener en su día a día como consecuencia de estas enfermedades. No hay que tener ningún tipo de pudor, por ejemplo, si deben cambiarle el pañal por incontinencia. Ayudarles con la toma de medicinas, ejercitar la memoria, tranquilizarles si no reconocen personas o situaciones y facilitarles la movilidad es indispensable para que la persona mayor esté bien atendida.
En estos casos, una buena cuidadora solo podrá ser buena profesional si, a su vez, es una buena persona.
Mayores Vida
Otra de las funciones de las cuidadoras de personas mayores es la ayuda en el hogar
Puede ser también que haya personas mayores que son totalmente independientes y que pueden valerse por sí mismos, pero aún así están solos y no pueden llevar una casa sin alguien que les ayude. O que sean dependientes y, por supuesto, se tengan que hacer cargo de las tareas del hogar. En este caso la cuidadora deberá ser organiza y responsable, además de eficiente y no demorarse mucho. Tendrá que limpiar, cambiar sábanas, fregar platos, cocinar, planchar y poner lavadoras. Estas funciones son igual de importantes para el cuidado personal. En caso de ser necesario, las cuidadoras les acompañan a la compra, citas médicas u otro compromiso que tengan. Algunas pueden tener carnet de conducir o abono transportes para ir con ellos a cualquier parte.
Y por último, pero no menos importante, una buena relación familia-cuidadora.
Al final, la familia tiene sus costumbres, sus requisitos y sus normas como en todas las casas. Saber respetarlas y adaptarse a ellas siempre y cuando sean razonables y no perjudiquen a nadie, es una función más de las cuidadoras de personas mayores. Crear un buen ambiente, que haya comunicación y evitar conflictos es esencial para que el trabajo sea efectivo y la persona mayor quede bien atendida durante todo el tiempo que sea necesario.
Desde Mayores Vida, podemos poneros en contacto con cuidadoras que desempeñen estas funciones, ya bien sean de jornada externa o de interna, desde 1 hora hasta las 24 horas del día todos los días de la semana. Visita este enlace para más información.
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